Nutrición y Salud

Enfermedades en forma de aditivos

agosto 12, 2017 Unknown 0 Comments



Enfermedades en forma de aditivos.



Cuánto hemos escuchado y leído sobre los aditivos que se usan en la mal llamada  industria alimenticia, quizás mucho, poco o creemos que eso es puro cuento de camino, porque no hemos visto morir a nadie luego de comer una salchicha o después de comer el contenido de una lata de…cualquier cosa. Además, sí en algún momento te ha preocupado el asunto seguramente habrás llegado a conclusiones como: si fuese cierto lo que dicen de los aditivos, los supermercados no venderían esos productos o sí fuese malo consumirlos las autoridades lo prohibirían… Hoy te quiero hablar un poco, bueno lo suficiente para que consideres tu consumo de alimentos procesados y para que pongas en duda ese dicho muy común, al menos aquí en Venezuela que dice: “lo que no mata engorda”. Pues no te lo voy a decir suave: los ¡ADITIVOS engordan y también matan! Antes de darte alguna de las razones de mi afirmación anterior, quiero contarte porque escogí este tema entre muchos que tengo preparados para compartir contigo para ayudarte a mejorar tu alimentación y por consiguiente tu salud. Los productos procesados hoy en día son tan comunes, es tan “normal” su consumo, como lo son lamentablemente las enfermedades que provocan. Por ello me interesa que conozcas quiénes  son estos bichitos (aditivos) que están presentes en el 90% de los productos que están en los anaqueles de los supermercados camuflageados entre presentaciones que te invitan a comprarlos. Justo detrás de esa presentación se encuentra la descripción nutricional del producto. Ahí en medio de nombres raros que da pereza leer porque se te enreda la lengua con tan solo tratar de pronunciarlos están esos bichitos nocivos para la salud. Tan cierto es que no conoces el significado de la lista de ingredientes de un producto procesado como que te lo comes sin saber lo que te causa. ¡Hasta que te lo causa!

¿Que son aditivos “alimenticios” y para que se usan?

Son sustancias o compuestos químicos que se añaden de forma intencional a los productos alimenticios y bebidas con el fin modificar sus características y propiedades organolépticas (sabor, textura, olor, color o temperatura), así como su tiempo de caducidad y adaptarlos a las condiciones del mercado al son dirigidos. También aquí cuenta que estos productos suelen contener grandes cantidades de sal, azúcar y  grasa, todos conocidos como dañinos.
Para conservar por más tiempo y en estado óptimo los alimentos para su consumo el hombre ha usados técnicas desde tiempos muy antiguos como la desecación, la fermentación, el empleo de azúcar o de sal y el ahumado. Hoy empleamos el frío (refrigeración, congelación), el calor (pasteurización, uperización) y otros métodos modernos. Los aditivos garantizan el aspecto, y facilitan la preparación, conservación, almacenamiento o el transporte de tales productos, enmascarando también la falta de algún ingrediente o su baja calidad nutricional. Los usan como: colorantes para dar incluso al producto un color mejor que el original, emulsionantes, estabilizantes y espesantes para mantener la textura, antioxidantes para evitar la oxidación o cambio de color, saborizantes, para mejorar el sabor de algo insípido y desagradable, y conservantes con el fin de retrasar su descomposición. Quiero decir aquí de una forma muy personal pero responsable que sí, es cierto que la posibilidad de conservar los alimentos por más tiempo, en muchos casos pueden ser beneficioso, por ejemplo para que los alimentos lleguen a más lugares y personas necesitadas, cuando hay catástrofes naturales, en circunstancia de riesgos epidemiológicos masivos o contaminaciones ambientales generalizadas, etc., no  es menos cierto que la industria “alimenticia” a excedido sus límites del objetivo realmente saludables o convenientes del uso de aditivos en productos procesados. EL interés mayor pasó a ser económico sin medir o importar las consecuencias en la salud de los excesos de aditivos en sus productos. Muchos más allá de los defensores y normas en las distintas legislaciones de la materia alimentaria a nivel mundial que aseguran que las cantidades añadidas a los productos procesados son seguras para el consumo humano, existe una gran diferencia nutricional entre un “alimento” fabricado o modificado hasta más no poder y un alimento real.
Hace 100 años no existían las enfermedades asociadas al síndrome metabólico (diabetes tipo 2, hipertensión, resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares, elevados niveles de colesterol y triglicéridos, obesidad, etc.), o al menos no eran una epidemia como lo son hoy en día. A su a vez el síndrome metabólico está asociado a los hábitos alimenticios y estilos de vida, y  ¿adivina que? Sí, lo que estas pensando los productos procesados y la cantidad de aditivos, azúcares y grasas que poseen más su consumo desmedido y normalizado como inofensivo a contribuido bastante, mucho más de lo que crees y de lo que nos dicen las autoridades y la industria alimenticias a la proliferación de estas y otras enfermedades que son fácilmente prevenibles con una alimentación real. Ninguna fábrica de alimentos del hombre va a poder superar jamás la inteligencia y especial balance de la naturaleza. Cada alimento natural tiene el balance perfecto de nutrientes, dicho balance no es así por capricho de la banana o el calabacín, es así porque los nutrientes (micro y macros) compiten en nuestro organismo para ser absorbidos en el proceso digestivo. Cuando por ocurrencias y caprichos económicos el hombre fabrica y modifica “alimentos” este balance de nutrientes se rompe por más que el etiquetado diga “enriquecido” con… Y el organismo no obtiene los nutrientes necesarios para su óptimo funcionamiento. Te prometo que te hablaré de ello en un próximo artículo con más detalles.

Algunas enfermedades relacionadas con el consumo de productos procesados.

  • Obesidad: Los “alimentos” excesivamente procesados ​contienen azúcar en cantidades desproporcionadas y alarmantes.
No te dejes engañar si la palabra “azúcar” no aparece realmente en la etiqueta ya que está tiene muchos nombres bajos los cuales puede aparecer, tales como: jarabe de maíz, fructosa, glucosa, sacarosa, malta o maltosa, melaza o néctar entre otros. Azúcar y todas sus variedades son para el organismo “calorías vacías” ya que no aportan ningún tipo de nutrientes y además  ocasiona adicción ya que ésta desencadena en el cerebro la misma reacción que la droga, es por ello que el consumo exacerbado de azúcar alienta al cuerpo a consumir aún más calorías y te lleva al sobrepeso u obesidad.  
        Enfermedades asociadas al síndrome metabólico: no es una enfermedad en sí misma, sino que es conjunto de riesgos y factores que predisponen a las personas a sufrir enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2, ictus,  entre otras.
El síndrome metabólico se diagnostica cuando se presentan tres o más de los siguientes cinco factores de riesgo:
v  Aumento de la cintura también conocido como “forma de manzana” debido a la obesidad abdominal.
v  Triglicéridos elevados o necesitar medicación para reducir los triglicéridos.
v  Bajos niveles de colesterol HDL (saludable), o necesidad de medicación debido a niveles bajos de HDL.
v  Presión arterial alta, o necesitar tratamiento para la presión arterial elevada.
v  Nivel elevado de glucosa en sangre en ayunas, o necesidad de un medicamento debido al valor elevado de glucemia en ayunas.

       Enfermedad Inflamatoria del Intestino: El consumo de alimentos procesados está        relacionado con enfermedades inflamatorias intestinal, como la enfermedad de Crohn (síndrome de colon irritable) y la colitis ulcerosa como las más recurrentes.   
 
El aditivo químico llamado emulsionante, pude ser el responsable de ello, así lo demuestra un estudio del 2015, ratones alimentados con una dieta que simula el tipo y la cantidad de emulsificantes típicamente consumidos provenientes de “alimentos” procesados ​​se encontraron con cambios observados en sus bacterias intestinales que desencadenaron varias condiciones de salud como la obesidad y síndrome metabólico. La razón de esta conexión se debe a que las bacterias afectadas dañan la mucosidad intestinal, la capa protectora que generalmente separa los microbios de la pared intestinal. Provocando una respuesta inflamatoria y aumentando la incidencia de estas enfermedades.
Los emulsionantes son usados para extender la vida útil y ayudar a mantener la forma o textura de los alimentos. Se encuentran en casi todos los productos alimenticios procesados. Entre ellos: Panes, mantequilla de maní, mezclas para pasteles y pan cake, aderezos para ensaladas, salsas, yogur, pudines quesos procesados, helados y postres, etc., etc., etc.… La función principal de un emulsionante es permitir que el agua y el aceite se puedan mezclar o mantener juntos sustancias alimenticias que normalmente se separarían.
        Enfermedades autoinmunes: Estas pueden presentarse cuando el sistema inmunológico está afectado y éste confunde las células sanas atacándolas.
Investigaciones demuestran que existen siete aditivos comunes en los “alimentos” procesados (glucosa, sal refinada, emulsionantes, disolventes orgánicos, gluten, trasglutamisina microbiana y nano partículas) que pueden dañar las paredes intestinales provocando un síndrome que se denomina intestino permeable lo cual aumenta la posibilidad de que entren toxinas al organismo y dañen al cuerpo causando enfermedades autoinmune ya que alrededor de un 70% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino.  

        Cáncer colonrectal: Comer carne procesada (como las salchichas o el beicon) puede causar cáncer de colon, según acaba de concluir la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), un organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Informe actualizado en octubre 2015.
Concretamente, advierten, cada 50 gramos diarios aumentan un 18% el riesgo de desarrollar este tumor. Este organismo evalúa periódicamente cientos de evidencias científicas para ir actualizando su clasificación de sustancias potencialmente carcinógenas para el ser humano. En este caso, tras evaluar 700 trabajos científicos, un grupo de 22 expertos de 10 países diferentes ha decidido elevar al grupo 1 de productos "cancerígeno para los humanos" a las llamadas carnes procesadas, cualquier producto que haya sufrido una transformación industrial (como jamones, lasañas preparadas, carnes envasadas, salchichas...). En esa misma categoría de máximo riesgo ya figuran, por ejemplo, el tabaco, el amianto o la contaminación ambiental.

        Ansiedad y depresión: Este padecimiento se manifiesta por un cambio en el estado de ánimo, tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, sensación de cansancio, falta de concentración, así como trastornos de sueño o apetito.
Los alimentos procesados dañan el intestino como ya hemos visto, en éste se produce la SEROTONINA que es sustancia que está presente en las neuronas y realiza funciones de neurotransmisor  y es un importante estabilizador del ánimo. No por casualidad se considera al sistema digestivo como el segundo cerebro.
Piénsalo bien antes de volver a colocar en tu carrito del supermecado latas, cajas, paquetes, congelados, comidas para microondas, embutidos. Se consciente: Si no cuidas tu cuerpo ¿donde vivirás?



 
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